Se habla de más de 20, aunque de acuerdo con datos oficiales de la Secretaria de Seguridad Ciudadana de Cúcuta son nueve los habitantes de calle que han sido asesinados en la ciudad en lo que va de año, motivo por el cual se ha conformado un equipo especial para la investigación de estos casos, conformado por funcionario de la Policía Nacional y Fiscalía.
Pero ¿Qué está pasando? ¿Cuál es la razón de estas muertes?
Para Carlos Muñoz, especialista en bioética y docente de la Universidad Simón Bolívar, las condiciones en que viven los habitantes de calle hacen complicado precisar el motivo de sus muertes de estos ciudadanos, abriendo la puerta a los subregistros.
“Hay unas cifra disímiles por una simple razón: aparece un habitante de calle muerto en una avenida y perfectamente puede uno decir que fue una sobredosis. Pero ¿Qué tal que haya sido una envenenamiento? ¿O un suicidio? Que la sobredosis se suministró conscientemente. No sabemos las condiciones de salud mental y física que tienen estas personas, eso los hace muy vulnerables en nuestro entorno social”, explicó Muñoz.
La instrumentalización de los habitantes de calle por parte de las estructuras ilegales, llámense bandas criminales o grupos paramilitares, es otra de las razones que estarían detrás de las muertes de estas personas, así lo indicó Diego Villamizar, secretario de Seguridad Ciudadana, así como organizaciones defensoras de los derechos humanos.
“Todas estas organizaciones criminales han victimizado al habitante de calle. Esta es una población que constantemente está sufriendo la violencia homicida de estos actores ilegales”, dijo por su parte Wilfredo Cañizares de la Fundación Progresar.
Carlos Muñoz explica que el habitante de calle, en su afán por conseguir la droga, bajo el efecto de la abstinencia, puede estar siendo usados para cometer delitos por parte de bandas criminales.
En este sentido, Muñoz asegura que Los AK-47 es una de las bandas que aplica esta instrumentalización y recuerda uno de los actos atroces, el del artefacto explosivo que detonó en el parque Mercedes el año pasado y que cobró la vida de una vendedora informal.
“Ese artefacto fue colocado por un habitante de calle al que le prometieron 20 papeletas de bazuco o heroína”, dijo.
¿Soluciones?
En el Plan de Desarrollo Cúcuta Perseverante, Segura y Productiva, el alcalde Jorge Acevedo se propone rescatar a los habitantes de calle, sacarlos de la indigencia y resocializarlos, para devolverlos a una vida sana y productiva. Pero en el contexto actual, la tarea luce titánica y así lo reconoce la directora de Bienestar Social, Beatriz Vélez.
La meta son 500 este 2024, pero la complejidad pasa por el hecho de que esta acción depende no solo de la acción institucional, sino de la voluntad de regenerarse de la persona que está en situación de calle.
Según la última actualización del Dane, Cúcuta registra 1.200 habitantes de calle, pero en la caracterización más reciente hecha por Bienestar Social, el número asciende a los 2.369, es decir, casi el doble, de los cuales 42 por ciento corresponde a migrantes venezolanos.
De momento, por lo menos 100 habitantes de calles han abandonado esta condición y se encuentra en el centro de atención integral que dispone la Alcaldía para estos casos. “Estamos full”, dijo la secretaria de Bienestar Social.
En estos centros las personas reciben lo básico como comida, kits de aseo, ropa limpia y espacios cómodos para el descanso, aunque el programa contempla otros aspectos como tratamientos para la adicción y formación en algunos oficios que les permita buscar medios de sustento digno.
Para Enrique Pertuz, director de la Corporación Red Departamental de los Derechos Humanos en Norte de Santander, se necesita también un estudio que permita determinar a qué se debe el aumento de los habitantes de calle, que deambulan en diferentes barrios y comunas de la ciudad.
“Este tema debe abordarse desde la complejidad de la salud pública, de la salud individual, de un problema social, y no desde la criminalización de la habitante de calle o la judicialización”, sostuvo Muñoz.